miércoles, 4 de mayo de 2011

Eres la espuma en mi vida que no veo venir


"Giannina, yo no estoy cumpliendo 50, solo tengo cuarenta y diez años"

Frases como ésta, que algún día te hicieron reír tanto, hacen que el día de hoy sea más triste que el capítulo de Lost cuando Charlie muere.

Días tristes como hoy que solo pueden entender personas que viven y sienten lo mismo que tú, porque hay situaciones de la vida que son como el desarraigo: Nadie lo entiende hasta que lo vive.

Días en que sientes que escribir es el temor de abrirse el pecho y encontrarlo vacío, en donde piensas que escribir es abrirse el esternón y buscar desesperadamente.

Días como hoy donde te das cuenta de que un padre es un compañero, una persona que en algunas ocasiones la ves y no te puedes contener las ganas de decirle cuanto la quieres. Pero hay veces que el momento pregunta: ¿Por qué? ¿Para qué? Lo voy a ver mañana. Mañana se lo diré. Y así sin darte cuenta, los días pasan, y él te espera.

Hasta que un día te levantas, te decides, lo buscas, pero no lo encuentras. Y, aún sin poderlo creer, dices: Pero ¿por qué? Solo un día, un maldito día se interpuso, en decirle: ¡Papá, cuanto te quiero!

Por eso ahora los recuerdos son la justificación de todo lo bueno que existe, esos flashes que te invaden de momentos como cuando casi matas a Glenda con una pelota de softball, como cuando me enseñaste que Alan Iverson era la mejor shit ever, cuando me decías que aguantara la respiración en los túneles (imposible en Boquerón I y II, pero yo lo intentaba), cuando me compraste un PlayStation cuando nadie tenia uno. Recuerdos que sólo me dejan decirte "el mejor papá por siempre".

Sin embargo, si alguien me dijera que tres años a partir de ahora sería cosa del pasado, yo me pondría de pie y lo golpearía en la cara, porque está equivocado. Yo sé mejor que nadie que él dijo para siempre. Y sé tambien que en la más alta cumbre del cielo, donde está su alma, está la mía. 
kk
Porque, eres la espuma en mi vida que no veo venir, tejiendo las redes necesarias para que el mar siga abriéndose ante mis ojos, para que cada burbuja llegue a donde otra inmensa playa se repite. 

Y aunque nada pude hacer sino llorar por siempre, escribo todo esto para que sepa que en mi corazón está creciendo un bosque y una selva. Y para darme cuenta que cuando los ojos se secan, es porque llora tu alma, y escribo, para entender, que la poesía existe porque la vida no basta.
A mi padre, que sigue viendo la vida a través de mis ojos sin dejar de protegerme con sus alas. Y para el alma que él dejó de guardia permanente, como una lucecita encendida, en mi casa, en mi cuerpo y en el nombre por el que él me llamaba. Porque el que deja una imagen suya en sus hijos, sólo muere a medias.
Giannina Raffo
Les gens que vous aimez deviennent des fantômes à
l'intérieur de vous, et comme ça vous les garder en vie

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